miércoles, 11 de diciembre de 2013

EL INCIENSO DE SANGRE



El obispo Uriarte «desea» que el Estado pida perdón a ETA por haberse «propasado»
 
 
 
Confieso que a veces, cuesta una barbaridad entender a algunos Pastores y Prelados de la Iglesia Católica. Uno no es un estudioso, ni un entendido en la materia, pero a poco que se haya leído, sin entrar en profundidades y expertas valoraciones, pues bueno, se llega a entender, a encontrar una explicación, incluso una justificación en casos,  como por ejemplo, Jerónimo Savoranola, Lutero o Calvino.
 
Pero aquí, en España, en los albores del XXI,  es materialmente imposible comprender, como Obispos y Príncipes de la Iglesia se alinean del lado de quienes aspiran a un califato, “como sea”; a quienes inoculan el odio de la “spanisfobia” con los más ruines de los fines; a quienes  atacan cínica y despiadadamente historia, cultura, lengua, patria; y aún peor y más cruel y canallesco: la vida humana. Y lo hacen, esgrimiendo -y ellos son conscientes- las más peregrinas, macabras y xenófobas ideas, fabricadas por pequeñas, ridículas y ególatras mentes. ¿Qué pretenden?, ¿Acaso pastorear a las ovejas descarriadas?; ¿cobardear junto a causas que..., por un, si acaso mañana...?; ¿Intereses que el vulgo ha de ignorar?
 
¿O sencillamente esconden un Thomas Cranmer particularísimo, para doblegarse a otro poder político; a éste que acarrea el grave problema de divorciarse de España?
 
…A las 9:00 de la mañana del 21 de marzo de 1556 fue sacado de su celda y lo llevaron a la última audiencia de su juicio. Uno de los inquisidores le dijo: “Si quieres salvar tu vida, renuncia a tu fe. Te aconsejo que lo hagas pronto”. Thomas respondió: "En el pasado, con el fin de salvar mi vida, firmé declaraciones en las que digo renunciar a lo que realmente creo en mi corazón. Por miedo escribí cosas que no son ciertas. Hoy, si he de ser quemado, será mi mano derecha la que se queme primero". (Historia de las Religiones. Editorial Marín, S.A. II Tomo.)
 
Y cantaré jubiloso, aquello de… “que alegría cuando me dijeron, vamos a la casa del señor”… porque allí encontraré clérigos que me hablarán del reino del aquí y ahora: del independiente País Vasco; del reino de Cataluña y no de hipotéticos Reinos de Dios al modo de los curas maquetos.
 
Posiblemente, si algún día arde su ambicioso Liliput o el incensario provoca un inesperado fuego es sus sacristías, ellos llevarán un buen traje ignífugo. Seguro.
 
Pero, porque creo que los hombres pasan, pero la Iglesia no, seguiré diciendo: creo en la Iglesia, que es una, santa, católica... ¡Bruto que es uno! Qué vamos hacer.
 
 
Saludos y gracias por su atención.