martes, 7 de enero de 2014

ÁRNICA




ETA SE RETRATA. (Como siempre).


Más que ir a un armisticio con los terroristas de ETA, a pedir árnicas, es a lo que se ha visto abocado este Gobierno, este Gobierno de los últimos diez años. Pero la guerra solapada del norte simplemente hiberna. Y en el entreacto de esta dramática representación siempre saltará al escenario algún español noble y valiente pidiendo memoria, dignidad y justicia.
 
Como hizo, desafiante y firme hace unos días ante la jauría etarra Cake Minuesa. Pero el conato de rebelión de este joven periodista no pasará de anécdota. Y su reivindicación como ser humano, como hombre, caerá rápido en el olvido, en el eterno ostracismo a los que estamos condenados todos los españoles. Al destierro político como ciudadano.
 
Ni un vecino, ni uno de esos vascos que pagan impuestos a la Administración y a su ETA, ni uno de esos vascos que van de copas con escoltas, ni uno de esos vascos que han de mirar todos los días el bajo de sus coches, ni uno de esos vascos que tienen enterrado un mártir de la parabellum. Nadie. Triste, pero Cake Minuesa no ha encontrado en esas tierras de España, quien secunde su desplante, su redaños ante la bestia. Se ha quedado enganchado en las aspas del molino; su honda no ha alcanzado la frente del ogro. Demasiados tiros, demasiadas muertes, demasiado terror. No importa, todavía se puede confiar en el pueblo vasco. Será mañana.
 
 
 
Saludos y gracias por su atención.

 

2 comentarios:

Marcos dijo...

No solo hay que ser una persona integra. hay que demostrarlo.

Javier dijo...

En el viejo y lejano Oeste, la justicia se ejercía con las pistolas en la mano hasta que entró el orden y la Ley a regentar sus vidas. En la vieja y cercana Europa siempre se ejerció con la Ley, esperemos que no se inviertan los papeles y terminemos haciéndonos valer con las pistolas.

Un abrazo.