lunes, 20 de enero de 2014

EQUIDISTANCIA




Hay que dejar la vanidad a los que no tienen otra cosa que exhibir.
 
Honoré de Balzac
 
 
En mi profesión llamamos equidistancia a la diferencia constante entre dos curvas de nivel consecutivas. Y en el PP, podríamos decir que la equidistancia es la diferencia constante entre los gerifaltes y sus bases. Ellos están ladera arriba, y allá en la cima se apretujan en una cortada vertiginosa, mientras, por la vaguada los del voto tienen tortícolis de tanto mirar hacia lo alto.
Si fue amigo antes que concejal, todavía conservara un poco de cortesía en el trato cuando la ocasión lo requiera. Pero a medida que pase el tiempo y se arraigue en el poder o promociones a cotas superiores, la displicencia llegará a convertirse en desdén e indiferencia. Creo que todos hemos tenido ocasión de comprobarlo alguna vez en la política más cercana. Por supuesto, que cuanto más alto, más vanidoso, más engreído y más insufrible.
Tienen más cuentos que Calleja; sus logros en el escalafón político les sirven de ostentación entre sus amistades. Ser más, mandar más que sus socios es el objetivo. No se preocuparán de vivir junto a la clase trabajadora, junto al pueblo sencillo, junto a la gente amiga. Jamás bajarán para mezclarse con los que han de servir. ¡Qué va! Están empeñados, de siempre, en presumir ante los de chalet a pie de playa, Mercedes y empresa propia. Los demás, los del mono, costo y casco azul, no engordan su ego. Pero claro, ni sus urnas.
 
Saludos y gracias por su atención.