BILDU,
ETA, A. Mas, Pujol… continúan levantando sus tiendas, sus barracas donde
asentar sus posaderas en el campo de batalla de las tierras españolas. Y no son
enemigo que acampen en las afuera, en despoblados desde donde pergeñar sus
ofensivas, sus embestidas, no. Cual caballo de Troya lo han acarreado hasta el
interior de sus murallas un montón de incautos; convencidos unos, amedrentados
otros, interesados todos. Con la anuencia de políticos y Tribunales; con el
quebranto de las leyes y la corrupción moral por bandera.
BILDU,
ETA, A. Mas, Pujol… Cada cual a su estilo y manera. España, reino de taifas,
coreamos hasta la saciedad. La historia se repite cíclicamente, dicen. Y parece
que esta vez los invasores se han camuflado de salvadores de patrias entre sus
hijos, entre compatriotas que no dudan en hacer jirones la historia, la lengua,
el patrimonio, la cultura, la prosperidad, la paz, la libertad de la nación que
ha visto crecer a sus ancestros y por la que han muerto, por defender su
integridad, su gloria, su futuro.
Puede
que alguna Aixa, alguna sultana española, alguna anciana madre de algún
Boabdil, esta vez español, nos grite a todos, aquello de: "Llora como
mujer lo que no supiste defender como hombre”
Lo
sabemos. Sin más:
En
este presente, en España tenemos a Boabdil el grande, al chico, al intermedio y
al de la talla XXXLLL. Nos sobran usurpadores de todo color y pelaje, y nos
faltan sultanas que adviertan a sus hijos.
En
este presente, en España, puede que la historia se repita pero a la inversa, y
el rey castellano llore como mujer lo que no supo defender como hombre, o su
hijo. O todos nosotros más bien.
En
este presente, en España, Aixa vive entretenida; engañada anciana, a la que le
han robado joyas y perlas de sueños e historia, tesoros heredados de padres a
hijos, para engatusarla con un cofre de plástico lleno con falsa bisutería de
independencias protectoras y odios al mestizaje de pueblos hermanos. Senil dama
que para cuando se dé cuenta de la basura que tiene entre las manos, ya será
tarde, ya no podrá hacer ningún reproche a su hijo. Se habrán quedado con todo
y vendido los harapos de sus vestidos a los moros y todos los que empujen las
fronteras de su pasado y su futuro.
En
este presente, en España, arietes de sus hijos y de sus enemigos hacen
tambalear sus cimientos. Mientras, unos se encogen de hombros, otros ponen la
mano y cierran los ojos, los más perdieron la hombría como Boabdill, y todos,
nosotros lloraremos como maricas.
Saludos y gracias por su atención.
Saludos y gracias por su atención.