Ya se han ido, amigo. Te dejaron
unas papeletas marcadas y un montón de viejos perjurios; unas urnas enfermas y
un raudal de traiciones; y sobre todo el encargo de que les vote y que les dé
tu beneplácito para continuar la estafa. Básicamente no quieren más de ti.
Quizás, que te resignes con lo que te toque en el reparto, sin exigencias ni
cuentos de agravios comparativos, que siempre habrá otros peores, ¡picha!.
Así ellos ya han vueltos a sus
enmoquetados salones, a sus tarjetas de mil colores y turbios números, a sus
magníficos coches última gama, protegidos y blindados no sea que a un histérico
le dé por lanzarles una pedrada. Vuelven a la vida cómoda y regalada,
convencidos que son los dueños del cortijo; a dar órdenes a los manijeros para
que se reparta el puro y los cinco duros prometidos. A organizar algunos
jornales de hambre y unas cartillas de racionamiento. Y a remozar la alquería para sus hijos. Sus
hijos de ellos, claro, legítimos y únicos herederos tengan seguro su futuro.
¿Qué temes, amigo? ¿Qué ancestral estigma permanece indeleble,
vivo y sangrante, de abuelos a padres… a hijos, a nietos, que te hace debatirte
entre el INEM y la emigración; entre la corrupción y la indignidad; entre el
manijero y el terrateniente, y sin embargo llevas treinta y muchos años eligiendo el PER.?
Sé, que tú de caciques y de
capataces; de latifundios y latifundistas; de campo y de sindicatos; de
sindicalistas y esquiroles, sabes más que nadie. Pero nada, de eso que llaman,
“justicia sociá.” Porque la conciencia del manido concepto nunca visitó los alrededores
de tu existencia.
¿Y sabes?, de Despeñaperros para
arriba, han habido indeseables y analfabetos, imbéciles y lerdos, que te han puesto
de vuelta y media, amigo, nos han puesto a todos los andaluces, porque ¡oh! no
hemos votado revoluciones de infaustos recuerdos, porque no hemos votado Gürtel
& Bárcenas, porque no hemos dado masivamente nuestra confianza a núbiles
políticos, porque no cambiamos de corruptos in illo tempore. Porque sólo unos
pocos que quedamos, fuera de la dependencia de la política y de las garras del
político, hemos logrado la posibilidad de barajar de nuevo.
Pero no te preocupes, tú y yo
sabemos que cuando pasen las elecciones que se les avecina a éstos, tan cultos,
tan trabajadores, tan inteligentes, tan emprendedores y tan doctos, no habrán
sido capaz de bajar a ninguno de los de siempre de su machito de podredumbre, y
así autonómicas propias, municipales y nacionales, seguirán regentadas por el
mismo ejercito de político encastrada en sus diferentes estatus y que por si solos
suponen porcentaje suficiente para baremarse, proclamarse y definirse
salvadores patrios.
Saludos y gracias por su atención.