sábado, 28 de febrero de 2015

ANDALUCÍA (Repitámoslo un año más)






Hoy es 28 de Febrero de 2015, Día de Andalucía. Eterna frustración. Malograda siempre la esperanza en la palabrería y el timo. Apagada siempre la luz de la dulce bonanza que fuera, bien política, quizás ética, moral e incluso ¡Jo!, económica.
Día triste, anodino, silencioso. Asueto laboral de obligado cumplimiento. Un sentir litúrgico, de ceremonia religiosa engendra en la gente un estado de letargo. Nadie se divierte, nadie hace nada, todos los establecimientos se cierran, todas las empresas se paran. Quietud. Parece un viernes Santo del siglo pasado. La gente rinde culto al sistema podrido, a la bandera sin mástil, al mítico converso inverso. 
Hoy, desde Chaves alias Griñan a la bella Susana y toda su cohorte, hasta el último concejal de la más pequeña de las pedanías, acudirán con su tarjeta oro, negra o amarilla y cargo al Erario, a los restaurante más afamados, para celebrar el Día de Andalucía. Hoy es su fiesta. Todos los días son fiesta para ellos, pero hoy por antonomasia. Hoy los langostinos de Sanlúcar están más que justificados. Mientras tanto, el pueblo permanece con la boca abierta tragando cada cuatro años falsas esperanzas y promesas que no se cumplirán en ningún tiempo, ni prospero, ni de crisis.
Hoy los veremos cuan contentos viven. Cómo ríen, cómo se aplauden entre ellos; abrazos, manos cogidas y puños en alto. Seguros de sí mismos. Se saben los dueños, los amos del corral. Ahí están, los padres, los hijos, los nietos: radiantes, sin problemas. Son los que ocupan todos los puesto de todos los sitios, del botones al director, del pinche al presidente; son el Partido, son los distintos, son la otra categoría, son los Andaluces que introducen en las urnas la nómina con membrete socialista, son los que no conocen el paro, ni la crisis, son los que ven “la vida en colores, ¡coño!”
Hoy se asan vacas con billetes de 500€, hoy se compran kilos de coca con el dinero fácil de los EREs.
Hoy como siempre, a esta mi Andalucía le toca bailar con la más fea: siglos con y contra los de chilaba y turbante; alfanje y sangre. Años y años con y contra Lords, SIRES y reyes felones. Décadas con y contra el caciquismo y el señoritismo del caballo sin caballero. Decenas de años con y contra Marx y la “repartiora”; truhanes y golfos del “to´palpueblo” en el poder. Nombres, hombres que la ley ampara para robar o para dar. Y, ya ves, han elegido, sí: malversar, asaltar, saquear a su pueblo. Han vuelto a cambiar el trigo limpio por la paja. A derrotar, hundir a su Andalucía con mentiras entre limosnas; con saqueos a toda arca pública entre falsas promesas. Éstos que llegaron al coche oficial entre gritos y cánticos de libertad, justicia y pan, se han convertido, sino lo fueron siempre, en aquellos que los ojos cansados de los andaluces siempre vieron: alimañas de bota alta y fusta en mano que la tienen engañada, explotada, maltratada, vejada.
Hoy, como no ha mucho tiempo, los mal nacidos de antes y de ahora, la han puesto a trabajar por un trozo de tocino, una hogaza de pan y un poco de aceite, y como no ha mucho tiempo no le permiten, no le dejan que aprendan a leer… la prensa. Esa que habla de “Pellones”, “Malayas”, Mercasevillas” o “Eres”, pongamos por caso. ¡Somos todo un ejemplo!
Pongamos una vela a Fernando III el Santo, la vamos a necesitar.
 
 
Saludos y gracias por su atención.

miércoles, 4 de febrero de 2015

EL QUIJOTE ROJO


EN EL MUNDO:
Y no serás tú ni ninguno de tus camaradas, quienes reencarnéis al soñador de los caballeros andantes, al deshacedor de entuertos, al genuino luchador capaz de batirse entre los fantasmas de sus metáforas y la realidad de su tiempo y el nuestro.  Porque os sobran canónigos y jaulas donde encerrar la libertad y carecéis de ecuanimidad para distinguir entre los galeotes; porque sois soldados de dictadores y vuestras armas no defienden republicas, monarquías o leyes justas, sino a crueles intentos de someter a los hombres a un monigote con número y destino escrito; porque habéis secuestrado la queja del pueblo sencillo y llano para presumir de altruismo, cuando solo podéis exhibir ínsulas y maravedís de extrañas y dudosas procedencias; porque os congraciáis con el tiro en la nuca y la traición y os amilanáis con la gallardía del combate frontal a los molinos de viento… Porque os falta amor a España y os sobra odio a su bandera.
No volvéis la mirada a Maquiavelo porque sabéis que la primara batalla la tenéis ganada: en las escuelas, en los institutos, en las universidades. En las políticas que ejercen los políticos sin escrúpulos. En las tierras enconadas de odio gratuito, codicioso e imbécil. Más no vendáis la piel, antes de cazar el oso, que la guerra continúa. Y, amigos, no habéis contado con el arma esencial, con la más sofisticada y letal, con la que pertrecha al género humano para su defensa de emboscadas y canallas, con la que suministra lo vivido y padecido, con la del agua fría y el gato, con la que se transmite de padre a hijos. Esa, y sólo esa supera monsergas de redentores advenedizos y discípulos patrios que pretenden llevarnos a su pocilga, ayudados de sus perros y sus hondas cargadas de pura demagogia.   
Gracias a Dios en España, la inmensa mayoría no somos hijos de iluminados orates ni de apátridas profesionales ni de terroristas confesos. Somos, lo que somos: españoles de la Cruz e hidalguía, patria y libertad.

Por cierto, una sugerencia: en el Gran Teatro Falla (Cádiz), sigue el concurso de Chirigotas, Comparsas y Coros. Una inmejorable fuente de eslóganes, denuncias y frases dolientes para discursos proletarios.  

Saludos y gracias a todos por su atención.