domingo, 26 de enero de 2014

EL VOTO Y LA ESPERA


¿Cree usted que los destinos del mundo están regido por gente que nadie conoce o muy pocos llegan a conocer? : SI-NO

Hace ya muchos años que esta pregunta venia incluida en un test Psicotécnico. De esos a los que las empresas te someten para evaluar tu coeficiente mental (mil preguntas, dibujos, fichas de dominó y progresiones numéricas). Por aquel entonces tenía yo alrededor de veinte años y os juro que dudé. Hoy, como es obvio no titubearía.
Allá por los años treinta y mucho del pasado siglo, ganaron unos una guerra, que la perdieron otros. Creían. Rémora y Cruz que padecemos los de siempre, sin beberlo ni comerlo. Pero me parece que un 23 de Febrero de no hace mucho, decidieron resarcirse todos. Abrieron el botín del absolutismo y se sentaron cómodamente, relajados, seguros ante un futuro inmejorable, y afianzaron posiciones; se repartieron amnistías y venganzas, poderes, leyes y viles metales. Eso sí, a nuevos tiempos, nuevos modos. Tal que así, que un 11M de infausto recuerdo, hubieron de corregir el rumbo de plebeyos que empezaron a pensar como ciudadanos.
“Omne peractum” (Así en latín, que impera). Todo parece indicar que el momento ha llegado. Hay partida nueva, los contendientes quieren reorganizar el tablero de ajedrez, del peón a la torre todos a sus lugares correspondientes. Bancos y gobiernos, o capital y Estado, o dinero y leyes, o, oro y fusiles necesitan retomar posiciones. Yo te di, tú me das; tú tienes, yo tengo; esto para mí, aquello para ti. ¡¡Si da igual, pagarán los de siempre!!.
Así que tengo mi voto cautivo, encerrado, encarcelado en la torre de la traición, la decepción, la felonía…, y espera que algún caballero, alguna dama a lomos del caballo de la honradez, la justicia, la libertad…, venga a rescatarlo. Y miro, y remiro por la tronera, y no veo nada. Solo frío y nieve, solo alimañas husmeado a su presa. Así que, cabizbajo, me retiro entre los húmedos muros y me digo: con su pan se lo coman.
Estamos hartos de tanto choteo.  Puede que cerremos las puertas de nuestras casas. Con nuestras familias y nuestra dignidad. Hasta otro momento…, hasta que nos dé por retomar la vieja y sabias historia; hasta que nos dé por repetir los tiempos de Fuente Ovejuna… Todos al unísono, todos a una sola voz.
 
 
Saludos y gracias por su atención.



1 comentario:

Javier dijo...

Con el 11-M aprendimos lo que significa gobernar para el pueblo sin el pueblo. El pueblo soberano tiene el derecho de conocer la verdad, sea cual sea, y decidir después qué hacer con ella.

Un abrazo y... como dejé dicho en un post del blog de Mamuma (el esqueleto motero):¿De que nos extrañamos?: El pueblo español no vale para nada pero sirve para todo, cosa que contrasta con sus gobiernos que valen para todo sin servir para nada.