Seguimos con las consignas. Lo
saben de sobra y van “sobraos”: a estas alturas ni quieren, ni pueden precintar
el negocio; ni tienen bemoles para lacrar las puertas de esta inmensa estafa,
de este descomunal fraude que tiene a España ensartada a una noria de la que solo
suben cangilones de mierda; de tres por cientos, de EREs, de sindicalistas
carteristas, de políticos de faca y trabuco, de togas arrugadas, de coronas de
hojalata, de separatistas, de terroristas… Pero,
ay, “alguienes”, prebostes, amos más bien de la recua, han decidido aliviar un
poco la carga. La más pesada, para que la mula respire y piense…¡qué bueno es
mi dueño, que ha aflojado un poco los aparejos!!.
Ahora, de repente, se arremete en
tropel contra un mal endémico tan arraigado en la vida pública española, que
nos empezaba a parecer parte del sistema. Bien, bien. Pero… ¿qué quieren? Me
mosquea estas maneras ejemplarizantes sin previo aviso, tan así, tan de buenas
a primeras, tan de telediarios, tan de esposados por la derecha, tan de mira
que buenos somos. No me zumbaría la mosca tras la oreja si al mismo tiempo
empezáramos a ver algún coraje contra el paro galopante y espeluznante o, si
atajaran soluciones para las sangrantes hipotecas o, si se expulsaran de la
vida política a los secesionistas y la ETA; y si se regara la crisis hasta ver
puyones verde esperanza, y se persiguiera la prevaricación y el cohecho y todos
los hechos delictivos, y despóticos, y de pura mafia.
¿Qué quieren que les diga? No
quiero pensar que se trate de luchas intestinas desde el poso podrido de los
albañales solo para demostrar quién puede mangar, cuanto, y hasta donde. No
quiero pensar que se trate de unos fuegos de artificio para distraer al
personal; una movida, una astracanada típica del personaje que las organiza.
No, no y no, se trata del comienzo de la regeneración política en España.
¡Viva!
Saludos y gracias por su atención.
1 comentario:
Pero alguien piensa que esa imputación puede prosperar, cuando el mismo fiscal sale en su incondicional defensa, en lugar de estar interesado en que se sepa la verdad, respetando al juez.
La infanta es "tontita" y no sabia nada del dinero que le llovía a su maridito. Y al final siempre está la posibilidad de indulto por el Gobierno. (Pero aquí nadie devuelve un euro).
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