Pena que sus estudiadas mentiras
embauquen a tantos ciudadanos humildes. Pena que tanto alarde de demagogia,
eufemismos, retruécanos, sean el ardid para acabar con la poca libertad que aun
gozamos. Pena que tanto aspaviento, tanto dedo acusador, y tantas manos en alto
sirvan para dar rienda suelta a separatistas, a terroristas. Pena que el
objetivo de tan elaboradas monserga, no sea otro que la ruina de España. Pena
que esta jauría de coletas, de flequillos a la vasca, de sutiles uniformes
paramilitares tengamos que sufrirlos todos los días y parte de todas las
noches. Éstos que anuncia flagelación y castigo, y son solo nuestro cilicio,
pena. Pena porque aún farragosos, confusos, descarados, vende velas que la
gente les compra para encenderlas en la hornacina de sus siniestras estampas.
Pena, hiere, duele que solo exista la fórmula de unas siempre incierta
elecciones para que los bajen de donde están y los borren de la política
española. Espero.
Pena, que en este mundo de
regidores y aspirantes de la cosa pública, ninguna dicha sea completa, ni para
los españoles de Derechas, ni para los de Izquierda, ni para ningún español, si
es de bien. Una y otra vez, el viejo tumor de la vieja España vuelve virulento
a segregar su purulento y asqueroso pus, amarillento y apestoso, vuelve a emponzoñarlo
todo una y otra vez. Capaz, si no se extirpa de una vez por todas, de llevarse
por delante el miembro llamado sufragio universal y el cuerpo con el nombre de
libertad.
Pena de corrupción y secesionismo;
ladrones y bastardos; latrocinios de lesa patria y asesinos; venganzas y
ajustes de cuentas. Traición y cobardía. Vieja estirpe de tiranos feudales que
no respetan su patria, ni protegen a quienes tratan como a vasallos. Pena que
serán otros los que los quiten de en medio y no nosotros.
Saludos y gracias por su atención.
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