lunes, 4 de abril de 2011

ENTRE POLVOS Y POLVORONES




Siempre me han dicho que en la mili, nos daban bromuro para bajarnos la libido. Si eso era así, --que lo dudo-- a mi nunca me dieron una dosis adecuada, porque jamás se me bajo nada. Cosa de la edad, supongo.

Actualmente, hay mucha gente convencida, que a los ciudadanos se les fumiga desde los cielos con polvos que van desde la coca a una especie de bromuro o droga para conseguir mantenerlos acarajotados, alelados, con tal grado de cretinez que no consigan percatarse de lo que pasa a su alrededor. Y eso es así, quiero decir el objetivo de aborregar a la gente.  Lo que ocurre es que al personal no se le fumiga: sencillamente no se le permite pensar, no se le da tiempo para recapacitar. La TV estatal, las televisiónes autonómicas, cualquier tele, las radios de emisora única, o la prensa de pensamiento prefabricado en los talleres del poder, son el bromuro y los polvos de fumigación, son los encargados de que nadie tenga tiempo de reflexionar, de asimilar, de juzgar nada. Todo sucede de forma concatenada, trepidante, angustiosa. Te dan el sudoko y la solución, pero antes que lo rellenes, ya te han puesto otro delante.

Si no, díganme, ¿cómo se pueden cometer tal cantidad de atrocidades políticas y que no le revienten las narices?; explíquenme, ¿cómo se puede gobernar un país desde el sadismo y que no le exploten sus propias bombas en el culo?; cuéntenme, ¿Cómo se puede hacer de la demagogia el pan nuestro de cada día y que no le salten por los aires sus inmorales lenguas?; indíquenme, ¿Cómo se puede decir las más incomprensibles de las aberraciones, cómo se puede ser tan absurdo, tan tremendamente irracional, ganar una fortuna legal y otra ilegal, mandar y gobernar sobre un pueblo y que no te arranquen los ojos?.

Lástima que sus trabajadas mentiras afecten a tantos ciudadanos humildes. Lástima que tanto alarde de demagogia, eufemismos, retruécanos, sean el ardid para vender mi Patria. Lástima que tanto aspaviento, tanto dedo acusador, y tantas manos en alto sirvan para matar niños en el vientre de sus madres. Lástima que el objetivo de tan elaboradas monserga, no sea otro que la ruina de España. Lástima que éste que todavía permanece entre nosotros, éste que anuncia su flagelación, siga siendo nuestro cilicio un año más, lástima. Lástima porque aún farragoso, confuso, descarado,  vende velas que la gente le compra para encenderlas en la hornacina de su siniestra estampa. Lastima, hiere, duele que no exista formula que lo baje de donde está y lo borre de la política española. Ahora.

Saludos y gracias a todos.

1 comentario:

Wolfson dijo...

El agua de la cocción de la rana está a punto de la ebullición. El sistema nervioso de la rana ya está deteriorado, inútil.
Ya se puede sacar la rana cocida.