domingo, 1 de mayo de 2011

1 DE MAYO Y LA ESTAFA








Sindicatos, sindicalistas de salón y doblón.  Liberados del sudor sin pudor; esquiroles reprimidos y redimidos; charlatanes de manoseadas monsergas; demagogos de idílicos sueños. Durmiente guardia pretoriana para algaradas inútiles. Miento: para patrocinio de sus dirigentes, para beneficio de sus cabecillas. Prebendas y sinecuras que tarde o temprano se convertirán en minas para socavar cualquier acción reivindicativa medianamente sensata.

Los trabajadores, los de verdad, los que de hora trabajada, mitad para hacienda y mitad para la hipoteca, esos…, no sé si empezarán a reclamar sus derechos y a tapar bocas de traición y engaños. No sé si enseñarán a la Izquierda rica, acomodada y vividora dónde y cómo está el proletariado del que, desvergonzadamente, viven como reyes ellos. No sé si tomarán las calles, las plazas y el Congreso, pero deberían. Sin coacción, sin que le llamen esquirol, sin que le señalen, sin temor a represalias, sin sentirse manejados cual tonto útil para que los zánganos de ayer y hoy, los mamelucos de siempre, vivan chapoteando gozosos en su pocilga de fétidas mentiras y sus milongas de arcada y pena.    

Deberían, tienen todo el derecho del mundo para hacerlo y exigir cambio de turno: ahora vosotros. Ahora os toca a todos vosotros pasar por la vergüenza del paro, por la humillación de la limosna de los 426,- euros, por la desesperanza, la impotencia y la frustración.

Lástima, muchos, muchísimos, seguirán obligados a claudicar ante la sorna de todos los políticos al uso; ante la bellaquería e hipocresía con que hablan y tratan a todos aquellos de los que se valen los “Tocomochos” y los “Mendaz.can” Hasta que todo explote de una puñetera vez. Puede ser.

Entre la resignación y un encefalograma plano, nos movemos todos.




Saludos y gracias a todos por su atención