sábado, 12 de julio de 2014

HAMÁS Y NO SOLO HAMÁS




Es una realidad incuestionable, ancestral y trágica, que en el mundo árabe, musulmán, en el Islam y fuera de él; en el oriente medio y en el continente africano en general, solo cabalgan tres jinetes de los que cita Juan en el Apocalipsis, (Apocalipsis 6:1-8) EL de la guerra, el del hambre y el de la muerte. El rojo, el negro y el bayo… el blanco, el de la victoria y la paz, está condenado a no aparecer. Nunca, ni siquiera en un periodo de tiempo suficiente para dedicarse a amar al prójimo, a las mujeres.  
¡Qué aburrimiento de gente!, ¡Qué pena de gente!, ¡Qué convulsivas gente! Sangre, crueldad, venganza. Ni Alá, ni Mahoma, ni Dios en persona. No hay forma…, ni humana, ni Divina.
El género humano, de momento, no tiene arreglo, así, tajante, de forma concluyente y definitiva lo digo, es obvio. Pero creo, que determinadas zonas del globo, han enmascarado bastante bien los bajos instintos del individuo. Si no lo han superado, cuando menos lo dominan. Incluso una gran mayoría de ellos, se mueven por convicciones, más que por temores; por principios y filosofías que andan dentro de los parámetros que podríamos llamar del humanismo, de civilización, de racionalidad; en la mayoría, ha llegado a preponderar con más auge, genéricamente hablando, los sentimientos que les diferencia del resto de los animales. Es decir la buena voluntad, incluso un interesado egoísmo, que los obliga a un intercambio de intereses de índole moral.
Pero estos señores, de chilaba o turbante, de sable o máuser, de petrodólares o cabras, no cambian su cultura de guerras y desprecio al valor de la vida, de la vida ajena, claro. La solución a sus problemas, siempre concluyen, como la del nudo gordiano. Cortando nudos y cortando cabezas, como si Alejandro Magno no hubiese muerto trescientos y pico de años antes de Cristo.
Más hoy miren ustedes, hoy no tengo frío, la luz es lujuriosa y el azul del cielo arrogante, parece que lo acarician unas nubes tímidas y caprichosas. Hoy no se puede matar a nadie; sería más que un pecado, sería más que un crimen, sería: traicionar el amor de Dios. Hoy Judit, saldrá a la calle y el sol coqueteará con su hermosura, y a su paso dejará una estela de belleza entre su pueblo que les hará sentirse hombres de bien y de paz. Hoy Holofernes, levantará su campamento, y dirá a su ejército que Betulia es un vergel al que hay que proteger. Hoy el destino querrá que, la Hebrea y el Asirio, hagan el amor y no la guerra. No habrá cabezas rodando, no habrá muertes, solo beldad y verdad antes que vuelva a nublarse.
¡¡¡Ojalá!!!
 
 
Saludos y gracias por su atención.