lunes, 23 de mayo de 2011

EL CAPULLO SE SECA



La victoria del Partido Popular ha sido abrumadora. Quizás haya superado las expectativas más optimistas. La gran mayoría de los españoles han dicho: se acabó, abramos las ventanas, que entre aire fresco y limpio, a ver si durante algún tiempo, es posible que se regenere un poco este antro lúgubre y triste, este caos de tanta desvergüenza; esta siniestra sociedad de arrogantes ineptos. Que se avente el polvo de la paja y, sobre todo, que se esfume el pútrido olor del podrido capullo socialista. Pero como siempre, ninguna dicha es completa, ni para los españoles de Derechas, ni para ningún español de bien, porque el viejo tumor de la vieja España vuelve virulento a segregar su purulento y asqueroso pus, amarillento y apestoso, capaz si no se extirpa de llevarse por delante el miembro: el caso BILDU merece comentario aparte.   

El fracaso de PSOE ha sido tan catastrófico que hoy, cómo la lógica, el sentido común y la dignidad requieren, todo el mundo pide elecciones generales anticipadas. Por las buenas o por las bravas. Que Zapatero renuncie espontáneamente o que Rajoy las exija. Pero el deseo más fervientemente generalizado es que Zapatero desaparezca de la vida pública, que ponga pies en polvorosa y no pare hasta que se lo trague el olvido. Pero, ay, él ha dicho que no, que nadie se preocupe, que su lógica es parda, oscura y gris, que saldrá arañando y sin un rasguño. Que su sentido común va más allá del juicio natural de los humanos, que a su mandato le quedan flecos pendientes, leyes por concluir, papeles que quemar, cuentas que saldar y altas decisiones que el vulgar vulgo no tiene porqué entender. Que lo de la gravedad y el decoro a la hora de comportarse en la vida, lo de la  dignidad de la persona y el cargo, sólo empezó a oírlo cuando le hablaron de lo adverso unos jóvenes con un panfleto de un tal Hessel en la mano.

Fruncido el ceño, apretado los labios, mirada amenazadora, salió a la tribuna, --“hemos perdido”, dijo… ¿Y qué? Le faltó espetarnos. Del resto, ni caso. Siete largos años y al único español al que ha dado placer es a un tal Zerolo que anda loco por él. Los demás, a jodernos toca, un poco más, un año más, porque el hombre amigo de ETA, socio de los separatistas catalanes, de patria indefinida, vengador de la II República, pendenciero pacifista, agreste historiador, autodidacta sexólogo de niños, desdichado economista, máquina de paro, comercial de trituradoras para abortos… quiere seguir jugando con dos tarjetas amarillas en su haber y la cara roja del tortazo. Electoral, claro.  

Saludos y gracias a todos.