sábado, 2 de abril de 2011

ESPAÑA, PAIS DE QUIJOTES... YA.






Conformismo y mucho aguante, forzado o servil, según casos y causas, pero ese es el estado de ánimo general que se respira en este ambiente caótico de corrupción generalizada, de paro galopante, de deudas asfixiantes. De traiciones, de Sitel, de Faisanes, de ERE`s y de hipócritas separatistas, pero francos vividores.   

Es fácil comprobar, la pasividad de muchos, de muchísimos de los que votaron PSOE y sediciosos. Pero ésta, no es gratuita, se basa en dos pilares clásicos: de un lado los que han de mantener, por encima de cualquier otra consideración, sus más que probables puestos de trabajo en la administración pública o fuera de ella, pero que deben, indudablemente, de una forma u otra al partido; y del otro, los que sienten desde lo más profundo de su corazón, una obsesión paranoica, enfermiza rencorosa, vengativa a la Derecha, por lo que su sometimiento es incondicional a sus hipotéticos salvadores. No les importa nada: padecerán hambre, sufrirán escarnios sociales…, da igual, al desolladero irán sin rechistar porque los llevan sus amos. ¡¡Y son millones!! En su subconsciente se repiten con insistencia machacona: pronto me lo arreglarán, pronto me lo arreglarán, pronto me lo arreglarán…

Los otros tantos de millones, los que votaron al PP Aznarino, --y que vieron una cierta esperanza de recuperación, ficticia probablemente, pero tan ficticia y efímera como los vaivenes a los que los poderes políticos nos someten cada tanto en tanto-- se refugian en la famosa sentencia popular: “no hay mal que cien años dure…, ni cuerpo que lo resista” Ya falta menos, ya falta menos…, se dicen convencidos que la ola los aupará cuando los suyos lleguen al poder. Quizá. Pero tendrán que esperar, y mucho tiempo, porque son menos, muchos menos los votos seguros en el platillo de la balanza electoral.

La gran Derechona, tiene su papeleta fluctuando entre la nostalgia de sus principios inmutables y el eslogan progre. No es visceral. No es republicana, ni monárquica: es la Derecha. ¡Casi, ná! Y por supuesto, sus políticos no han repartido tantos favores. Posiblemente no porque no hayan podido, sino por la secular costumbre de sentirse siempre con el derecho de pernada. Presuntuosos y soberbios ellos, invariablemente han creído que no necesitan de nadie, ni en la universidad, ni en el tractor; ni en la literatura, ni en los periódicos; ni a la portera, ni al intelectual, antes bien, todo el mundo ha de saber, que es favor el que nos hace. Ellos no hacen política: son la política. Así les va.

Mientras tanto, la ciudadanía en general, a tragar saliva y sapos con pelos. Y a aguantar conformes, estoicos, resignados, los tejemanejes de una casta política que viaja en primera clase y todo gratis. Nada parece importar, el pueblo sencillo y llano tiene que soportar sus pedos y sus sinvergonzonerías. Es mentira que en España se enterrara, no ha mucho tiempo a un tal Montesquieu. En realidad, hace muchos años, mataron a D. Alonso de Quijano y tiraron sus genes por el sumidero, para que no naciera, nunca jamás, ninguno más. Ni émulo de aquel en la palabra y el verbo, ni de carne y hueso digno de tal majareta y divino hidalgo.

Saludos y gracias a todos.