miércoles, 11 de mayo de 2011

ESTAMOS EN CAMPAÑA





Ya empiezan los síntomas del verano por estas tierras. Cuando el calor hace sudar a las lagartijas y el aire no es capaz de mover ni un jaramago del tejado, es que el levante está en calma. Bueno eso se ha dicho toda la vida en mi pueblo. Lo que ha de entenderse como que está amenazando con entrar una “levantera” de mil pares de demonios, es decir viento fortísimo del Este que a muchos vuelve majareta, y a Guzmán el Bueno le hizo volar de entre las manos el famoso puñal.

Pues decía esto, porque es la sensación que tengo. Es como si todo el mundo estuviera soportando estos días hasta el recuento de votos con un soporífero ánimo y una aplastante plasta sobre la cabeza. Yo creo que nadie sigue la campaña electoral. No perece importar en absoluto. Son monsergas mil veces oídas en mil mítines que ya ni entretienen. Están ya demasiado vistos: las mismas mentiras, las mismas retahílas de cifras, las mismas sartas de ideas que no han puestos en practica en su día, pero desde ahora sí, ¡Oh!. Las mismas, chulerías, posturitas, aplausitos de la claque, dimes y diretes. Total: caca. Discursitos que nos cuestan millones de euros, y falta de soluciones reales para ganarnos honradamente unos miserables euros.

Así estamos, a la espera que se repita el ciclo: el meteorólogo, como el político. Es la solana, la canícula a la espera del viento enloquecedor; es el sofoco antes del sofocón de los políticos enloquecidos. Ya verán: volverán a ganar todos, a justificarlo todo, a explicarnos todo y a vendernos todo un futuro onírico. Y a esperar… otros añitos, que ellos, mientras, protegidos por la poderosa mano, seguirán dando al pueblo lo que para ellos no quieren, pero sí que nosotros padezcamos: Educación para esclavos, lengua y literatura de aldeanos, BILDU para someternos, ETA para intimidarnos, separatismo para aislarnos, culto al salvador líder de izquierda y continua inoculación de odio a cualquier otro modo de culto (al católico claro, que es el peligroso).

No quiero oírles, me dan vergüenza; no quiero verlos encopetados, camisa negra, o despechugados, son falsarios, me dan dolor de cabeza; no quiero que sigan haciendo de ésta mi patria, de ésta mi España, de ésta mi libertad, un país de miserables para recochineo de cuatro sátrapas despóticos, me dan una rabia irrefrenable. Lástima que héroes como Alonso Pérez de Guzmán ya no se den. Deberían traerlos los vientos de levante, aunque lo hicieran héroes unas cuantas papeletas locas. 

Saludos y gracias a todos.