domingo, 23 de enero de 2011

A MODO DE ENSAYO

Desde el Vaporcito…

Por las ventanas entra una luz blanca, provocativa, el cielo está azul vida. La camisa con las mangas arremangá, el pensamiento en mil sitio a la vez, y la mirada en la mar de la bahía, con cuidado, sin desafíos, no sea que su mar de aguas plateadas y azules te devuelva su sol para herir tu iris perdido, confundido entre el marasmo sociá y tanto, tantísimo político anómalo, anofeles, anopluro y ano propiamente dicho: sieso, que se dice aquí en mi pueblo.

Invitaría a los mandamases del cotarro político, para que salieran de esa covacha sombría, gris, de luces fluorescentes y ventanas condenadas cara a una pared sombría y fría. Sí, los convidaría a salir, ver, palpar; y a que bajaran los cristales tintados de sus blindadas vidas; más sencillo: que subieran a bordo del Vaporcito del Puerto y legislaran rumbo a “Cai”. Seguro que al vaivén de las […]“olas plateadas y azules de la bahía… y de sus barcos de vela que como palomitas cruzan por su vera[…], despejarían sus mentes turbias y mezquinas.

Vengan, señores, y aspiren aires de mar, y dejen que su luz ponga claridad natural a sus ideas oscuras. Verán como todo es distinto; verán cómo se puede ver más allá de lo que se ve con un cetro en la mano.

Fíjense, señores, si esta luz llega a redimir de malos pensamientos, si estos aires a salitre llegan a librar de angustias y ansiedades… que las puertas de las oficinas del INEM vomitan a diario centenares de gente, y en vez de irse a la armería más próxima, salen entre jocosos y cabreados comentando el último bajonazo a la moral, el penúltimo capotazo al papel olvidado, el quite que te quieren hacer desde detrás de una mesa, para que te vayas, para que te marees, para que te olvides. Así, como se sale de los toros… parados en mitad de la calle: --mira, “quillo” y abrió el compás y bajó las manos…