domingo, 19 de junio de 2011

"MONTESQUIEU"

En La Gaceta hoy:

 

No sé. Pero a mí el Sr. Rubalcaba me tiene acojonado desde que pronunciara aquella amenazadora frase: Yo oigo todo lo que dices y veo todo lo que haces” Lapidaria ella, epitome de todo un modo de ser, de pensar, y pitonisa de nuestro futuro más inmediato si Dios y los hombres no lo remedian. Redonda, sí señor, como ha de ser toda sentencia que pretenda quedar en los anales de la historia. ¿No les hace ni fu, ni fa, las fanfarronadas del Ministro-aspirante? ¿No? Pues me alegro. A mí, si me ha asustado. Más… ¿Qué oirá?... ¿Serán voces de ultratumba? ¿O las que quedan por aquí musitando jaculatorias al vacío? ¿Qué verá?... ¿Serán fantasmas de inmaculadas sabanas? ¿O a la gente de limpias y blancas manos gritando basta?  
Mire lo que mire sin ver, y oiga lo que oiga sin escuchar, tengo una ventaja: que ya estoy acostumbrado a todos los Rubalcabas de las últimas cuatro décadas, y a todas la frases históricas que han marcado mis distintos presentes. En mi juventud, con Franco, viví siempre temeroso con aquello de La calle es mía”, del incombustible Manuel Fraga. Luego, con Felipin, vendría La patada en la puerta” del iracundo electricista, Sr. Corcuera. ¿Recuerdan, una más reciente ya con nuestro ZP? …en una habitación donde no exista Estado de Derecho”… ¡Hay tantas!... Todas temibles, horribles, todas para recordarte que no te hagas ilusiones, que saldrás gregario del cubil, o no lo harás. Todas te advierten, todos te levantan la mano. Pero todas concluyen en un solo objetivo: son de uso y abuso, según “convenga la jugada”; y entienda el Gobernador de las Españas. No hay leyes, ni Constitución, ni derechos ciudadanos, ni democracia, ni libertad compartida. Todo se selló bajo el cuño de la gran frase-resumen del gran fotógrafo Alfonsodalescaña, con la más grande miserablemente definitiva: Montesquieu ha muerto

Veremos al mayoral y a todos los políticos al uso, a todos estos rufianes consentidos de esta democloaca que padecemos, conducir garrocha en mano, a la voluntad al terreno más fértil, al que más engorde, el culo, la cartera y la vanidad.

Pero como el miedo es cosa de valientes, esperaré acontecimientos con el pie adelante, quieto, con la muleta enganchada por el centro del palo. De momento, este morlaco que han soltado viene toreado del campo, sabe leer y escribir. Veremos.
Saludos y gracias por su atención.