jueves, 9 de enero de 2014

IMPUTABLE ÍMPETU


 



Seguimos con las consignas. Lo saben de sobra y van “sobraos”: a estas alturas ni quieren, ni pueden precintar el negocio; ni tienen bemoles para lacrar las puertas de esta inmensa estafa, de este descomunal fraude que tiene a España ensartada a una noria de la que solo suben cangilones de mierda; de tres por cientos, de EREs, de sindicalistas carteristas, de políticos de faca y trabuco, de togas arrugadas, de coronas de hojalata, de separatistas, de terroristas…   Pero, ay, “alguienes”, prebostes, amos más bien de la recua, han decidido aliviar un poco la carga. La más pesada, para que la mula respire y piense…¡qué bueno es mi dueño, que ha aflojado un poco los aparejos!!.
 
Ahora, de repente, se arremete en tropel contra un mal endémico tan arraigado en la vida pública española, que nos empezaba a parecer parte del sistema. Bien, bien. Pero… ¿qué quieren? Me mosquea estas maneras ejemplarizantes sin previo aviso, tan así, tan de buenas a primeras, tan de telediarios, tan de esposados por la derecha, tan de mira que buenos somos. No me zumbaría la mosca tras la oreja si al mismo tiempo empezáramos a ver algún coraje contra el paro galopante y espeluznante o, si atajaran soluciones para las sangrantes hipotecas o, si se expulsaran de la vida política a los secesionistas y la ETA; y si se regara la crisis hasta ver puyones verde esperanza, y se persiguiera la prevaricación y el cohecho y todos los hechos delictivos, y despóticos, y de pura mafia.

¿Qué quieren que les diga? No quiero pensar que se trate de luchas intestinas desde el poso podrido de los albañales solo para demostrar quién puede mangar, cuanto, y hasta donde. No quiero pensar que se trate de unos fuegos de artificio para distraer al personal; una movida, una astracanada típica del personaje que las organiza. No, no y no, se trata del comienzo de la regeneración política en España. ¡Viva!
 
 
 
Saludos y gracias por su atención.