domingo, 3 de agosto de 2014

ARDOR GUERRERO...




Digámoslo otra vez…

¿Y ahora?..., ahora es la hora de las tribunas, de vociferar voz en grito, de la chulería, de las bravuconadas; de los despliegues guerreros; de las exhibiciones; de la publicidad televisiva, como si de una película nominada para un Óscar se tratara; de convertirlo en un acontecimiento cargado de       música y color; de darle el fondo trepidante que merece las hazañas bélicas; de cargarse de razones unos y otros. De la hipocresía Y de lo que menos me importa: la villanía de algunos de mi suelo patrio, la de ocultar hoy las pancartas de ayer. Ellos podrán los cojones, nosotros lo muertos, el eslogan que hay que callar porque la afonía de cuatro vividores, conviene, nos conviene.
De diez mil en diez mil, de cien mil en cien mil muertos, ni ellos lo sabrán con certeza. Sangre, muerte, dolor, llanto. Seres como tú y yo sacrificados en el altar del dios maldad, que el Dios Amor permite. Será Satanás; como tantos Satanás hechos carne y hueso que la humanidad soporta a lo largo de su existencia. Ya ves, fue hace un ratito, aún están enterrando a sus muertos y, ya lo tenemos olvidados. Un hecho más, un episodio más, ¡hemos visto tantos!, ¡nos quedan tantos por ver!. Irak, Afganistán, Serbia, Osetia, Georgia, Rusia, Europa, Ucrania, Gaza, Israel..., desisto. Siempre hay un comandante barbudo, o un gorila rojo, o un coronel decorado y condecorado, o un Führer, o un
personaje con mando en plaza..., qué me importa. La historia, las razas, las etnias, las religiones..., el poder, el oro, bueno ¿y qué?. Malditos todos, maldito cínicos, malvados todos. ¿Pero de qué razones pretenden cargarse, para justificar sus malditas medallas del poder absoluto y absolutista?; esas que llevan, ¡qué curioso!, colgadas junto al corazón. Vomitan sus cañones muerte y desolación y encima no se atreve, nadie, a llamarlo por su nombre, ese que remuerde la conciencia, ese que sintetiza la pura y auténtica realidad: crimen, asesinato. No, ahí están los medios gubernamentales: “avance de tropas”, “hostilidades”, “operaciones militares”, “defender la integridad territorial”. Serán malvados, todos. Los que justifican la crueldad históricamente encanallada del hombre y los que la practican. Mientras: perversión del lenguaje, eufemismos, para que su música no chirríe el tímpano, y el corazón permanezca cómo un témpano.
 
Saludos y gracias por su atención.