jueves, 21 de abril de 2011

Por ÉL



EL CRISTO DEL AMOR





Los bautizados y los que no; los que conservan su fe y los que reniegan de ella, todos estamos muy acostumbrados a ver los perpetuos ataques a los que se someten en el tiempo, a La Cruz, a sus evangelios y a sus creencias. Al intento, a veces miserable, a veces violento y cruento, de confundir e infundir en la gente un odio desmedido y visceral hacia el Cristianismo en general, y al Catolicismo en particular, bastión gratuito para la esperanza.  

A pesar de todo la Iglesia Católica, permanece, al paso de los siglos, fiel a su asunción evangelizadora y con las ideas claras. Por ejemplo: cigoto, embrión, feto, bebé, Ser Humano, suficiente para rogar a las madres que no asesinen a sus hijos, que no aborten la vida. No puede olvidar dos milenios proclamando la Palabra del Divino Maestro. Conviene recordarlo: en misión permanente, entre sus clérigos (hombres y mujeres, gente simple y pecadoras) y más allá de sus muros; asumiendo en su celo, --por imponer, más que exponer, el Amor de Dios-- métodos al uso en épocas pretéritas y de los que hoy ha pedido perdón, humilde y sincera; defendiendo a Cristo, incluso con sus influencias civiles de costumbres erróneas y viles en épocas de ignorancia y maldad para olvidar, y de las que todos hemos sacado consecuencias. Por ejemplo: entregando mártires por millones a lo largo de la historia. Perseguida y atacada por insistir hasta la muerte: “Amaos los unos a los otros…” Por ejemplo: junto a leprosos, a enfermos desahuciados por todos, a marginados, a humildes y sencillos, a los pobres de solemnidad. Y ahora, como siempre, vienen demagogos de recónditos rencores, nihilistas de ayer y hoy, a vender caro, muy caro “buenismo a conveniencia”.

Me he asomado a la ventana. Y he visto, que hoy como todos los días, venden flores en la pequeña plaza que hay debajo de mi casa. Y es que a pesar de todo, a pesar del bombardeo de podredumbre y zafiedad al que nos vemos sometidos a diario, nuestras almas siempre buscan un escape, un refugio para no terminar rotas en pedazos, fermentando como estiércol, en esta tierra que están sembrando de rencor, de venganzas, de engaños, de egoísmos, falsos fundamentos y delirante relativismo.

Un ramo de flores en nuestros hogares, sabemos que no es la solución, pero ayuda y es todo un síntoma. ¿No?

Saludos y gracias a todos.