martes, 22 de febrero de 2011

23-F CONSECUENCIAS



23F:11M.
Del oficio de histrión al de sicario.
¿Quienes dirigen la obra?




En medio de una turbulencia social, política y de terrorismo sin cuartel, parece que les urgía solventar dos cuestiones vitales: llevar al poder al PSOE, que es de izquierda moderada y de gente relativamente joven y fácilmente maleable (¿?). Y, otra importantísima: hacer saltar de una vez por todas a los militares proclives a un alzamiento militar. Para ello, se elige a otro chivo expiatorio: al Teniente Coronel Tejero, que viene de la operación Galaxia; persona idónea por su particular patriotismo y por convencimiento propio. Así se monta el 23F. Pero esta vez, para que tenga éxito, hay que correr el riesgo hasta el último momento, algo así como en el “coito interruptus”, si te retiras a tiempo bien, sino, a lo hecho pecho. Dicen que aquella lúgubre noche, su Majestad, tenía pertrechada una huida rápida y segura.

La gran farsa de golpe de Estado montada aquel aterrador primero, vergonzoso luego, y al final cómico 23 de febrero del 81, garantizó la mayoría absoluta y arrolladora del partido elegido tiempo atrás; y además si alguien tenia dudas, ese día quedaron disipadas: la Derecha española, con el efímero Leopoldo Calvo Sotelo al frente, la franquista o la monárquica, la católica o la heredada era fascista, golpista y antidemocrática; en un momento dado, incluso criminal. Entre Tejero y el recuerdo aún latente de la guerra civil vivo en gran parte de la población y, la reciente y todavía agonizante dictadura, quedaron la gente que no entendían, eso de ser comunista o separatista, definitivamente estigmatizadas para los restos como basura apestosa, como podredumbre a extinguir del genero humano.  No quedaba otra alternativa: votar lo nuevo, lo revolucionario, a los buenos chicos de la izquierda, que, además, habían sufrido mucho durante cuarenta años. Casi treinta años tenia servidor, casi todo candidez, me creí casi todo.  Lo juro.

Efectivamente, como si los futuros acontecimientos estuvieran convenientemente macerados para dar su fruto, Calvo Sotelo convoca en Octubre del 82 las elecciones y pierde atronadoramente. Diez millones de votos consigue el Partido Socialista, arrasa. A partir de ahí, crea falsas expectativas y lo rentabiliza durante catorce años. No me cabe duda, estaba todo preparado para el asalto definitivo: el paripé de golpe de Estado, consiguió sus dos clarísimos objetivos: desactivar definitivamente un inminente golpismo (ni un solo militar saltó; sólo salieron a escena los que conocían el reparto de la comedia), y embaucar a todo el personal, demostrándole en vivo y en directo en una TV radiante e inconscientemente clandestina, que ésos y éstos era la Derecha conocida. Gran maniobra, con grandes resultados, sí señor.

Así, mintiendo desde el primer instante y hora, se vende, al gran pueblo, como partido de la clase trabajadora, como garante de la democracia, como inventor de la TV en color, como promotor de la S Social, como descubridor de la penicilina, entre chaquetas de panas y proclamando que había llegado la hora de los descamisados, así llega y sale el PSOE de las elecciones: impoluto. Hasta la controversia que organizó con: “OTAN, de entrada NO, se lo habían arreglado. (Recordemos solo el inestimable “cable” que les echa el ínclito José María García)

Ya está, partido con apellidos izquierdosos, poder hegemónico y Majestad republicano y liberador, tras la aparición uniformada en televisión. Todo listo.  Ahora una gran pasada por la izquierda y a vegetar. El gran temor estaba descartado: la Derecha nunca movería el trono, pero la Izquierda enquistada en la oposición, cada vez más fuerte y radicalizada, era un peligro que no lo podían permitir, porque ésta, como siempre, terminaría mandando a SM., a Roma, pongamos por caso. Él y ellos, de sobra lo sabían. Así, con la UCD reventada por las intrigas y las puñaladas entre las distintas familias, la política estaba sometida. No había llegado 1984 (G. Orwell), pero sí 1982 (PSOE).

Pronto, llego la madrugada. Sin entrar en las bagatelas que se venían practicando desde el 78, de cambios de uniformes, en el ejercito, policía, o la guardia civil, colores de taxis, de estanco y estafeta de correos, de Bandera con escudo incluido y, de lenguaje (lo del idioma, vendría después), se dedicaron con verdadero encono a la aniquilación, conquista y dominio de todos lo medios de comunicación. El éxito fue envidiable. El 1º Miniver, lo consiguieron en un pis pas, los demás llegaron placidamente, entre corrupción sin limite, con el trinque como oficio, con las comisiones previstas en los presupuestos generales, con el nepotismo y despotismo, incluso con el crimen de Estado.

Saludos y gracias a todos.

1 comentario:

Wolfson dijo...

Coño Toposteo, pues no parece mismamente que hubieras estado en los entresijos de la operación.

Entonces lo supieron vender tan bien, que muchos creímos de buena fe la explicación que se nos dio. Y actuamos conforme a esa creencia.

Hoy, tras lo que vamos sabiendo, pese las ocrtinas que todavía impidn desvelar lo ocurrido, tenemos más claro que todo estaba bien orquestado.

Vamos que desde el 23-F, todo es 11-M.

Esperemos que el tercer acto de la tragedia no se escriba en 2012, aprovechando el bicentenario de "La Pepa", la abuela de todas las Constituciones españolas.

Un abrazo.