sábado, 19 de febrero de 2011

EUFEMISMOS Y MALA LECHE






ALGO SOBRE LA PERVERSIÓN DEL LENGUAJE


El príncipe de las tinieblas, el icono de la izquierda más rencorosa y vengativa, convertido en sapo con un cigarro en la boca, consiguió postergar, proscribir la palabra España con su “estepaís”, “estepaís”, maraca con la que acompañaba todos sus anacrónicos tostones.

Menos mal que el mito de la clandestinidad, se convirtió al poco de subir a la tribuna de oradores en un rito decadente para sus incondicionales e insoportable perorata demagógica para el resto.

Pero la formula, el vocablo, caló entre la gente hasta la extenuación. Ya nadie pronunciaba la palabra España; la izquierda y los separatistas por convencimiento, y el resto por complejo, prejuicio y temor a que se le tachara de fascista. De esta forma tan simple se inicia la campaña de lo que años más tarde seria un concepto discutido y discutible: La España de Zapatero.

La perversión del lenguaje y los eufemismos se empezó a utilizar sistemáticamente por todos y en todo lugar, algunos por oficio e intencionada mala leche; la mayoría por boca de ganso y esnobismo.

La lista sería interminable, pero solo por señalar algunas de las diabólicas depravaciones: a los asesinos y criminales de ETA, se les empezó a llamar: “violentos”, definición cursi para quitar hierro a la verdadera crueldad que llevan implícito sus actos homicidas; a sus cachorros de las algaradas, motines, correrías callejeras y vandalismo puro y duro: “los chicos de la gasolina”. A los independentistas y secesionistas: “nacionalismos periféricos”. A las “Mamachicho”: libertad sexual, (o al revés). A la pornografía más zafia y grosera del séptimo “arte”: “exigencias del guión”. Al infanticidio enmascarado en el macabro aborto: “los derechos de la mujer”.  A la historia desde Carlos III, para acá y a su bandera: “repúgnate fascismo”.  Y no sigo…, la estafa, el fraude, el robo no se instala solo en el “coge el maletín y corre”, en el Erario, en las millonarias mordidas o en el saqueo desde la Cruz Roja a el fondo para los huérfanos de la Guardia Civil. No señor. Sino que comienza en la Historia, en la cultura, en la verdad, en la manipulación capciosa del lenguaje para embaucar al siempre cándido pueblo llano. A todos nosotros.  

 Y el inefable sofista por excelencia, el hijo del vaquero, el mejor trilero de la calle sierpes que hasta ahora haya dado la política española, no podía ser menos: Al socialismo, le extirpó la denominación de origen. Borró lo de marxista leninista y consiguió que se le llamara: “felipismo”. Social Democracia (made in Carlos Solchaga) A la separación de poderes: “el difunto Montesquieu” (Alfonsodalescaña). Y sin acritud, el famoso espíritu de reconciliación, lo inmortalizó en una eterna película, como: “el criminal espíritu Franquista”, que dura ya cerca de cuarenta años y, de cuyo cansino guión y reiterativas escenas vienen viviendo los funcionarios del celuloide, entre escandalosas y sonrojantes subvenciones. Nuestros cotizados actores llegaron a fuer de repetir el mismo argumento, a hacerse todos republicanos y de furibunda izquierda. El personaje engullo a su intérprete.


Saludos y gracias a todos. 

3 comentarios:

Planeta,europa dijo...

Bueno,bueno cada vez nos habla con mas claridad,pero claro que pena que esto lo lean unos cuantos...

Podrian hacer programitas en la tele de cultura y política,aunque existen algunos como intereconomia y los tachan igualmente de fascistas y de todo.

Si realmente estuviesemos en una democracia,emitirian mas programas con libertad de expesión,pero como no la hay. Pues eso.

Por cierto Toposteo,a ver si nos sorprende con un texto,que no hable de política,como mundo cristiano,se que lleva una linea,pero le conozco hace muchos años y se que ha escrito mucho y sabe escribir de lo que sea.

un saludo y espero mi capricho,muchas gracias.

Wolfson dijo...

Esa es la primera batalla que perdimos, Toposteo.

Y a ello contribuyó de manera muy destacada la prensa, que como si de una quinta columna de la izquierda terrorista se tratase, empezó a plagar los medios de comunicación de los términos que convenían a esta izquierda. Hasta la perversión de calificar los primeros crímenes de ETA, de crímenes fascistas. Luego vinieron los "comandos", la "violencia" y todos los que tú citas.

Por eso vengo reclamando desde hace tiempo el retornar a la denominación correcta. Todavía es posible recuperar ese terreno. pero para eso, quienes primero deben cambiar son los periodistas.

Un abrazo

IURIS dijo...

Hola Elmenesteo

Tiene razón Wolfson, la prensa, mejor dicho cierta clase de prensa ha hecho que varias generaciones de españoles interioricen los "conceptos" o "concetos", como diría pepiño, a los que te refieres.
El periódico "El País", fundamentalmente, ha sido uno de los mayores artíficies para popularizar esa terminología, han hecho un daño tremendo que ya creo es irreparable.
En cuanto a los "artistas" bien que se lo han gritado a la cara los internautas en los últimos Goyas " no es cultura vuestra basura".
Puede que la gente empiece a despertar. Quizás no está todo perdido.


Un abrazo