No
siento el más mínimo atisbo de envida, ni sana, ni enfermiza por el
comportamiento patriótico demostrado por los franceses ante el miserable y cobarde ataque
perpetrado sobre la población civil en Paris el pasado día 13 noviembre por esa
podredumbre humana yihadista. En todo caso, sincera admiración y respeto. Pero
no puedo sentir ni tristeza, ni pesar por el buen comportamiento ajeno. Ni
necesito emular algo que poseo, poseemos los españoles a raudales y que
llevamos en nuestros genes desde tiempos inmemorables: patriotismo, orgullo y
dignidad. ¿Acaso no lo tenemos demostrado a lo largo de nuestra historia? ¿No
quedó patente en Las Navas de Tolosa? ¿En Lepanto? ¿En nuestra guerra de la
independencia, en el no tan lejano 1.808?... ¿Acaso no hemos dado testimonio de
nuestra repulsa y condena, más recientemente en cada uno de los mil asesinatos
de ETA? ¿No salimos a la calle en masa, cuando los crímenes de Hipercor? ¿No
llenamos todas las plazas de España con millones de manos blancas y velas
cuando pegaron un tiro en la nuca, atado y de rodillas, a Miguel Ángel Blanco?...como
en tantas y tantas ocasiones que omito, por no apabullar, pero no olvido y que
son diga de encomio.
Pero
he aquí que no, que aquí algún más o menos afamado periodista, conjuga el verbo
envidiar, y de inmediato se convierte en palabra clave en torno de la cual toda
alma cándida loa el comportamiento francés en detrimento del nuestro. Sin
necesidad, que lo cortes, no quita lo valiente. En el colmo del paroxismo de la
progresía, esta mañana he oído a un divo de la radio, a un locutor, licuado
diciendo que le gustaría ser francés. ¡¡Te podías haber quedado allí haciéndote
selfies sobre el altar de los caídos!!
Estas
son las consecuencias de cuatro décadas de políticos bandoleros sin faca, ni
trabuco y también sin escrúpulos. Este es el resultado de tanta falsificación
de la historia. Esta son las secuelas del hipócrita buenísimo. Este es el
resultado de la educación para la ciudadanía. De mimar y tratar con paños
caliente a secesionistas con parabellum y a sediciosos con dossiers
vergonzosos. De la cobardía.
Algún
día esta escuela de oportunistas y advenedizos, se dará cuenta que para llenar
las urnas a su favor, no es necesaria la corrupción, ni comprar voluntades, ni
manipular leyes para favorecer a los bancos que te regalan los cuartos, ni usar
de demagogias infames y trasnochadas. Sólo es preciso hacer patria, proclamar
el orgullo de ser español, de sus valores y sus virtudes. Y de camino predicar
con el ejemplo.
Saludos y gracias por su atención.
7 comentarios:
Perder el sentido de nuestra historia es vergonzante.
Nuestra historia esta siendo contada por otros.Lo mas grave es que hemos perdido nuestra identidad gracia al multiculturalismo y las estupidas alianzas de civilizaciones,saludos,
Nuestra historia esta siendo contada por otros.Lo mas grave es que hemos perdido nuestra identidad gracia al multiculturalismo y las estupidas alianzas de civilizaciones,saludos,
Y aquellos que la tergiversan la mutilan, amigo Marcos.
Y a la ambición y la cobardía, Saludos Agustín.
Sí señor, así es, Toposteo. Se puede decir más alto pero no más claro, se podría escribir en caligrafía primorosa pero no quedaría tu opinión más clara ni sería menos contundente. Coincido de principio a fin. No tenemos que envidiarles; admirarles ese patriotismo, tal vez, pero envidiarles, no, pues nuestros antepasados y una gran mayoría de nosotros hemos dado suficientes pruebas de valentía, defensa de España y de nuestra libertad. Un gran abrazo, maestro.
Muchas gracias, gran ALMA.
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