LA OTRA GUERRA

LA PÍLDORA, EL ABORTO Y DEMÁS LINDEZAS

Que España está cargada de problemas de todo color e índole, no cabe duda. Crisis, paro, despotismo, nepotismo, abusos de poder, es nuestro presente. El robo desde cualquier instancia política al Erario, a la patria, a su historia es sangrante.  El sarcasmo, la burla, el cinismo, la hipocresía, la incompetencia, la avaricia, el materialismo, el relativismo, la deshumanización..., se interponen, se reemplazan, se suman o se intercalan de momento en momento

Todo es grave y todo está putrefacto, todo es deprimente y humillante, pero todo se me antoja secundario cuando se ha permitido dar riendas sueltas a los más bajos instintos criminales, a una ley que ampara a asesinos de niños bajo el epígrafe de aborto. Quien es capaz de promover esa abominable ley, es capaz de legislar la horca para quien le mueva la poltrona. Y quien la exija y ampare en ella para cometer su crueldad más sádica y vil con un inocente no merece respeto, no es un ser humano. Hay cuando menos que echar al político, y, formar al proyecto de persona.

He escrito algunos pensamientos sobre el aborto, sobre su crueldad, sobre su sinsentido, sobre su perversidad desde el punto de vista humano, y su inexplicable justificación desde el hecho científico y bioético. He visto que insignes plumas y respetados personajes han dejado, --a veces de forma conmovedora, otras filosófica y, las más, apelando al más estricto sentido humanitario--, su reprobación a la práctica abortiva, por retrograda y por su enconada amoralidad, involutiva y degradante.

La Iglesia Católica se desgañita desde pulpitos y epístolas; la gente de bien, padres y madres, hijos y todo ser, que sea Ser, no dan crédito a la muerte organizada de inocentes a manos de políticos crápulas y mujeres inconscientes.   Pero, ¡maldita sea!, que frustración: solo prevalece, la frase hecha, el eslogan: “nosotras parimos, nosotras decidimos”. Así de simple, así de insustancial, así de imbécil. Miles de páginas de bella literatura, de profunda filosofía, de moral y de ética han de rendirse ante un lema pegadizo. Aunque éste conduzca al crimen perfecto.  

Lo sé…

No hay poesía, ni prosa, ni palabra bella que sea capaz de arrullarte en un canto de ternura a ti, que puede, seas quién más lo necesitas. Solo el corazón de tu madre acurrucará tu sueño, solo su latido te cantara una nana, solo el murmullo de su voz te dará paz. Y solo su amor te protegerá de los garfios venenosos que quieran arrancarte de las entrañas; y solo ella mujer y madre proscribirá todas las leyes que pretendan ofrecer tu vida al capricho de un mal bicho; y solo su bondad y su humanidad confinarán todas las leyes que  aspiren a dejar en peligro uno solo de tus cabellos. Seguro.

Y no sé…

¿A quién se puede apelar? ¿En que Estado depravado de crimen y sangre vivimos? ¿Cómo se puede matar a un chiquillo en su quinto o noveno mes de gestación y quedarse tan pancho? ¿Qué puede justificar el asesinato de un tierno bebé? ¿Qué mujer es capaz de arrancar la vida, apagar el latido de su hijo en sus entrañas y no morir con él de remordimientos?

¿Ley? ¿Qué ley puede servir de lúgubre covacha para esconder la locura de una noche loca? ¿Se legislan los sentimientos? ¿Se olvida por decreto la pena? ¿Unos renglones escritos en el BOE callan la conciencia? ¿Existe ley que ampare al que está por nacer? ¿Por qué me multan si arranco una flor en el parque, si puedo acabar con la vida de un ser humano impunemente? ¿Los legisladores, son padres? ¿Son madres y avalan el poder matar a un hijo? ¿Han tenido alguna vez un pequeñín entre sus brazos?

¿Derechos? ¿A abortar? ¿Has pensado que, esos derechos, terminaron en la cama? ¿O no tiene derechos el padre? ¿O no tiene derechos el hijo? ¿O no tiene derechos la vida, la dignidad, el amor? ¿Tú quieres acabar con tus derechos de mujer, de madre, de tú vientre? He pensado, que no me gustaría por madre a una mujer que hubiera estrangulado la vida de un hermano mío. ¿Y a ti?

Saludos y gracias a todos.